El Efecto Mariposa
Cuando la ópera "Florencia en el Amazonas" del compositor mexicano Daniel Catán tenga su estreno en el Met, bajo la dirección de Yannick Nézet-Séguin y con Ailyn Pérez en el papel principal, la mística historia de una diva de la ópera que busca en el Amazonas a su amado cazador de mariposas marcará el comienzo de una nueva era mágica del arte latinoamericano en el Met. Por Matt Dobkin.
A principios del siglo XX, un barco de vapor navega por el río Amazonas rumbo a Manaos, sede de la legendaria ópera en el corazón de la selva brasileña. A bordo se encuentra la gran diva, Florencia Grimaldi, quien supuestamente acude (de incógnito) a un compromiso en el teatro, pero en realidad va buscando desesperadamente a su amado Cristóbal, un cazador de mariposas desaparecido en la selva. A bordo también se encuentran una pareja de mediana edad que discute constantemente, una periodista que se encuentra trabajando en una biografía de la diva (a quien, sin embargo, nunca logrará reconocer) y una enigmática figura que pareciera conocer a todos en el barco, entre otros. Durante el viaje, la periodista, de nombre Rosalba, arroja inexplicablemente sus notas de investigación en el río. El esposo, de mediana edad, cae al agua y se encuentra aparentemente al borde de su muerte, pero los gritos de desesperación de su esposa milagrosamente lo salvan. La fuerza de la naturaleza se manifiesta en feroces tormentas, mientras la silenciosa amenaza del cólera se cierne bajo la superficie.
Si todo esto suena, al estilo del gran novelista colombiano Gabriel García Márquez, entrañablemente improbable (en particular a su novela clásica El amor en los tiempos del cólera), es porque el singular estilo literario del escritor, cúspide del realismo mágico, fue una fuente de inspiración primordial para el compositor Daniel Catán a la hora de escribir su destacada ópera Florencia en el Amazonas (1996).
La conmovedora y evocadora "Florencia" tendrá su esperado estreno en la Ópera Metropolitana el 16 de noviembre, siendo la primera ópera en español en el Met en casi un siglo, y la tercera en toda la historia del recinto. Será también la primera ópera en el Met del compositor mexicano Catán, cuya libretista, Marcela Fuentes-Berain, también es originaria de la Ciudad de México. La soprano mexicoamericana Ailyn Pérez, hija de inmigrantes mexicanos y quien creció en Chicago, protagonizará el papel principal, en el que cambiará el habitual italiano y francés operístico por el español, idioma que habla con fluidez. La escenografía de la producción de Mary Zimmerman será obra de Riccardo Hernández, nacido en La Habana y criado en Buenos Aires, que además debuta en el Met. Estos personajes clave, el idioma de la producción y el escenario brasileño constituirán un momento cultural y artístico latinoamericano sin precedentes para el Met y para la ciudad de Nueva York.
Natural Selection Los diseños de vestuario de Ana Kuzmanić evocan la flora y la fauna del Amazonas.
Puede resultar sorprendente, por tanto, que Catán, quien falleció en 2011, se iniciara en la composición en gran medida en el Reino Unido. Cuando era adolescente dejó la Ciudad de México para estudiar piano en Londres, donde la animada escena musical le hizo conocer la obra de Mozart, Strauss, Beethoven, Wagner y Stravinsky. A sus veintes, regresó a México y, del mismo modo que su gran maestro, Benjamin Britten, creó la noción de ópera inglesa tal y como la conocemos hoy en día. Catán se puso a trabajar en su primera pieza de teatro musical con la intención de crear una ópera claramente latinoamericana.
"Porque he vivido tantos años en Gran Bretaña, Europa y Estados Unidos, asimilé la tradición de la ópera de Occidente", señaló Catán a la Ópera de Cincinnati en vísperas de las presentaciones de Florencia en 2008. "Respeto y amo profundamente esa tradición, pero al mismo tiempo quería reconectarme con mis raíces y no solo escribir óperas en español, sino usar un español que evocara toda nuestra cultura; de lo contrario, sonarían como óperas traducidas. Las obras de grandes escritores como Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, todas estas increíbles personas que crearon un boom literario, que hicieron que sus obras fueran importantes en todo el mundo, fueron una gran inspiración para mí para intentar hacer lo mismo con la ópera".
El peso de esa ambición era grande. La primera ópera del compositor, Encuentro en el Ocaso, según sus propias palabras, no fue el éxito artístico que esperaba. Pero cuando hizo su segundo intento, La Hija de Rappaccini, basada en una obra de Octavio Paz (el poeta mexicano que ganaría el Premio Nobel al año siguiente del estreno de esa ópera), Catán había encontrado su rumbo. El escenario de Rappaccini incluía un jardín mágico, y al crear los sonidos para dar vida a este misterioso mundo natural, Catán encontró un lenguaje musical que también inspiraría el estilo de Florencia (su tercera ópera). En un ensayo titulado "Cómo encontré Florencia y llegué al Amazonas", Catán describe la música "seductora, resplandeciente, hipnotizante" que intentaba evocar, primero en Rappaccini y luego, con más detalle, en Florencia. "Descubrí un tambor africano llamado yembé que [...] puede captar los ritmos nítidos de la lluvia tropical, así como los estruendos más profundos de una tormenta aterradora… Pensé en la marimba, en sus exquisitos sonidos amaderados y en la forma en que se combinarían con flautas, clarinetes y arpa. Las características sonoras de estos instrumentos me parecían captar el sonido del río, la forma en que cambia de timbre a medida que fluye, transformándolo todo a su paso".
Un ensayo técnico temprano para la nueva producción de Mary Zimmerman. Foto de Jonathan Tichler / Met Opera.
El director musical del Met, Yannick Nézet-Séguin, que dirige la puesta en escena de Florencia, está fascinado por las "ricas y suntuosas armonías" creadas por Catán. "La partitura es irresistible, desde las melodías hasta la orquestación, y recuerda inmediatamente al escenario latinoamericano", afirma. "La gente suele decir que les recuerda a Puccini por la emoción que desborda la obra, y es cierto. Pero, mientras que Puccini es un tipo de obra dramática claramente italiana, hay algo místico y soñador en la forma en que la música de Catán te atrapa. Creo que el público del Met realmente responderá a ello".
Florencia fue un encargo de la Gran Ópera de Houston, y la directora de aquella producción original fue Francesca Zambello, actual directora artística de la Ópera Nacional de Washington. En una nota al programa, Zambello escribió sobre una inolvidable visita con Catán y Fuentes-Berain a la residencia de García Márquez en Colombia, quien dio al equipo sugerencias para una historia operística que Catán esperaba evocara el maravilloso espíritu de la prosa del legendario escritor.
"No pretendía ser una adaptación de una de sus obras, sino parecerse a su obra en general", dice Fuentes-Berain, que fue alumna de García Márquez. En su libreto, quería captar la esencia de lo que ella prefiere llamar "realismo místico", que define como "todas las experiencias que no son del todo lógicas, sino que surgen de la pasión". La inspiración para el elemento clave de la historia surgió de El amor en los tiempos del cólera. "Me encantan los barcos de vapor de esa novela, y todas las comunicaciones entre culturas que pueden tener lugar durante este tipo de viajes", explica. "Y luego pensé que sería muy interesante centrarme en las parejas románticas y en el amor: el amor antiguo, el amor nuevo, el amor a primera vista, incluso el amor por la naturaleza". A partir de ahí, ella y Catán se pusieron manos a la obra, con el objetivo claro de crear algo sencillo y directo, algo que llegara a las emociones del público.
Para dotar a esta etérea historia de una sorprendente identidad escénica, el Met recurrió a la directora Zimmerman, ampliamente elogiada por sus visiones teatrales. "Quería poner el énfasis en el paisaje y el cielo -el magnífico escenario del Amazonas- más que en el propio barco", dice Zimmerman sobre el mundo que ha conjurado con el diseñador de escenografía Hernández y la diseñadora de vestuario Ana Kuzmanic, con quienes además trabajó en la impresionante producción del Met "Eurídice", de Matthew Aucoin, en 2021. "Otra cosa que está presente en la producción es la flora y la fauna del Amazonas, que está toda recreada. Hay lirios de agua gigantes, una garza, un colibrí y mariposas. Tenemos bailarines y actores que encarnan a esas criaturas, pero también algunas recreaciones con marionetas. Nos llamó mucho la atención que los delfines del río Amazonas fueran de color rosa, aunque no es un rosa especialmente agradable. Pero nosotros acentuamos todo en términos de color".
Ailyn Pérez hablando con Zimmerman y la fotógrafa Paola Kudacki en una sesión fotográfica para Florencia.
A pesar de su carácter mágico-realista -y de la presencia de marionetas gigantes de delfines rosas-, Zimmerman ve en Florencia una conexión dramatúrgica con Chéjov. "Hay tres parejas en el barco, cada una en una etapa distinta de la vida, del amor. Y una de las parejas está incompleta: Florencia, que añora a su antiguo amado", explica el director. "Mientras busca a Cristóbal, se adentra en su pasado y en un futuro imaginario, en lo que sueña que podría ser. Es un proceso que se produce al envejecer, cuando miras atrás en la vida y ves los caminos que has recorrido, y te arrepientes. Así que, aunque la historia se expresa en este gran paisaje con animales y flores extravagantes y demás, en realidad trata de la vida interior y la imaginación".
Para la soprano, que interpreta el papel principal, la exigencia de transmitir una complicada vida emocional al tiempo que despliega grandes efusiones de gran vibrato es enorme. Pero Pérez está preparada para el reto. "No podría concebir a nadie mejor para interpretar el papel", dice Zimmerman. Pérez ha tenido grandes éxitos en el escenario del Met como Mimì en La Bohème, Blanche en Dialogues des Carmélites, y Juliette en Roméo et Juliette, entre otros. Pero con Florencia, es algo personal. "No puedo expresar lo importante que es para mí cantar en español en el escenario del Met, y es un honor muy especial estar en la primera ópera del Met de un compositor mexicano", señala la soprano. "Eso por sí solo es increíblemente emotivo. Pero también es este personaje, esta mujer, que es una artista, que ha hecho tantos sacrificios por su arte, y que está tratando de averiguar cómo el amor y el arte encajan en su vida. Es abrumadoramente poderoso".
Zimmerman está de acuerdo: "La joven y apasionada periodista afirma: nunca me ataré a un hombre, quiero ser como Florencia. Ella ha vivido una vida libre”. Pero cuando finalmente hablan con franqueza, Florencia le dice: “no cometas el error que yo cometí. No te alejes del amor”. Rosalba, la joven periodista, le dice: “pero estar sola es lo que hace que Florencia sea una gran cantante'”. A lo que Florencia le responde: “no, fue mi gran amor lo que me hizo una gran cantante”.
Esta mezcla de música y amor llega a su gloriosa culminación en una aria final llena de transformación, "Escúchame", en la que Florencia se dirige a Cristóbal en una emocionante pieza escénica con la que concluye la ópera. "En el aria final, creo que Florencia, en cierto sentido, actúa para Cristóbal, o sólo para sí misma. Canta con todo su corazón, y se produce una especie de transformación, una metamorfosis de la cantante a través del poder transformador de su propio arte", afirma Zimmerman.
Catán estaría de acuerdo. En su ensayo, escribió: "Cuando Florencia canta su aria final, su voz, su canto y ella misma se entrelazan con la imagen de una mariposa. Rompe su capullo y entra en su mejor momento; su voz se eleva, su canción adquiere alas transparentes. El amor y la belleza se metamorfosean el uno en el otro y se vuelven uno mismo".
Matt Dobkin es el Director Creativo, de Contenido y Estrategia del Met.